martes, 14 de junio de 2011

ENTREVISTA TV LOCAL

¿QUÉ ES EL ESTRÉS?
Definición de la Real Academia de la Lengua Española:
Tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves.
El termino estrés proviene de la ingeniería, tensión de fuerzas. El estrés disfuncional o malo se llama “distres” y el adaptativo o bueno “eustres”.
El neurofisiologo austrohúngaro Hans Selye (1907-1982), concibió la idea del Síndrome de Adaptación General (SAG), también conocido como síndrome del estrés, es lo que Selye señaló como el proceso bajo el cual el cuerpo confronta un agente nocivo.
¿QUÉ SINTOMAS ORIGINA LA PRESENCIA DE ESTRÉS EN NUESTRA SALUD?
Depende mucho de si el estrés es agudo o crónico, pero la reacción del organismo es siempre en tres fases:
Alarma - Resistencia - Agotamiento.
¿PERO QUE DIFERENCIA HAY ENTRE AGUDO Y CRONICO?
Pues estrés agudo es una situación de tensión durante un tiempo limitado, y crónico cuando esta reacción de alarma se mantiene en el tiempo y el organismo se hace resistente pudiendo llegar al agotamiento.
¿QUÉ ES LA REACCIÓN DE ALARMA?
El SAG es un proceso en el que el cuerpo pasa por tres etapas universales. Primero hay una “señal de alarma”, a partir de la cual el cuerpo se prepara para “la defensa o la huída”. No obstante, ningún organismo puede mantener esta condición de excitación-alerta, más allá de 24h, por ello existe la segunda etapa que permite al mismo, sobrevivir a la primera, en ésta se construye una “resistencia” que compensa los efectos de la alarma. Finalmente, si la duración del estrés es suficientemente prolongada, el cuerpo entra a una tercera etapa que es de “agotamiento”.
ALARMA:
La respuesta de alarma, es una respuesta bioquímica a un peligro real o imaginario, (lucha o huida), es normal, necesaria y de gran utilidad para la supervivencia.
Se activa el sistema  Hipotálamo – Pituitaria – Adrenal
¿EN QUE CONSISTE ESA RESPUESTA?
Se activa primero una vía baja automática e instantánea, desarrollada por años de evolución, el tálamo sensorial recibe un estimulo amenazante y da la orden de alarma a la amígdala cerebral y se inicia la descarga hormonal y neural.
Respuestas Fisiológicas:
La respiración se acelera.
Aumenta la frecuencia cardiaca y la TA.
La sangre se desvía a músculos de piernas y brazos.
Retira la sangre de cara y aparato digestivo.
Se libera glucosa.
La digestión se detiene.
Músculos se tensan.
Mayor sudoración para enfriar el cuerpo.
Hay visión de túnel.
El sistema inmunitario se enlentece.
Aumenta la coagulación.
Se contraen los esfínteres.
El cuerpo se pone en modo Lucha-Huida

Después se pone en marcha la vía alta, elaborada, más evolucionada que nos diferencia de los animales, el estimulo pasa del tálamo sensorial al cortex cerebral que analiza la situación y manda la orden  a la amígdala de abortar la alarma, mantenerla o aumentarla.
Respuestas neurológicas:
Amígdala cerebral funciona como un sistema de alarma cuando se percibe una amenaza.
El hipocampo relaciona el miedo con el contexto.
El giro cingulado está implicado en diferenciar una amenaza real de una imaginaria.
La corteza pre frontal analiza y procesa la información.
Se liberan neurotransmisores como la norepinefrina y se segregan diferentes hormonas, ACTH, adrenalina, dopamina, serotonina,  opiáceos endógenos, etc.
En muchas ocasiones nos quedamos atrapados en la vía baja, generando síntomas y sensaciones físicas que nos pueden asustar, e interpretar que está pasando algo grave, “me va a dar un infarto” por ejemplo,  este pensamiento es un nuevo estimulo amenazante, refuerza el circuito y reinicia una nueva reacción de alarma.
¿QUIERES DECIR QUE NUESTROS PENSAMIENTOS INFLUYEN EN ESA REACCION?
El cerebro no distingue entre lo real y lo que tú crees que es real, inicia la reacción de alarma, se prepara para la lucha o huida, pone el “piloto automático”, este mecanismo es estándar para cualquier situación amenazante. Después se activa la vía alta y el cortex sensorial va procesando y analizando cual es la mejor opción.
Lo curioso de esto es que en la actualidad, en nuestro sistema de vida, las potenciales amenazas suelen ser retos emocionales que no se resuelven solo con la lucha o la huida, pero los cambios fisiológicos y las descargas bioquímicas  se producen igualmente que cuando la amenaza era un rugido de un león. Estas sustancias permanecen un tiempo en sangre y esto va ocasionando un desgaste y un deterioro del organismo.
¿EN QUE CONSISTE ESTE DESGASTE?
Es como conducir un coche a más revoluciones, acelerando innecesariamente, adrenalina, noradrenalina, taquicardia, ventilación acelerada, tensión muscular, etc. hacen que se altere el pH en sangre, cambios  en el metabolismo, etc.  y  se generan más radicales libres que deterioran las células. Si esta situación se mantiene en el tiempo el organismo pasa a fase de resistencia e intenta compensar estos efectos y si persisten los estresores llegará a la fase de agotamiento.
¿COMO PODEMOS EVITAR LLEGAR A ESE AGOTAMIENTO?
De varias formas, interviniendo en varios niveles.
1-Por medios físicos, haciendo ejercicio que consuma esos recursos generados por las reacciones de alarma y a la vez produzca endorfinas. Incorporar ejercicios relajantes como el Yoga o el Taichí, técnicas de respiración, etc. es una alternativa beneficiosa y saludable.
Tener una alimentación natural, con abundantes verduras y frutas ricas en antioxidantes.
¿QUÉ TIPO DE FRUTAS TIENE MAS ANTIOXIDANTES?
Especialmente los cítricos y alimentos ricos en vitamina C, carotenoides, polifenoles, etc. Estudios recientes han encontrado una proporción mucho mayor de antioxidantes en frutos orientales como las bayas de goji, el mangostán, conocida como la “reina de las frutas”, con más de 40 xantonas, moléculas que protegen y reparan las membranas celulares, fortalece el sistema inmunitario, vitaliza y equilibra el organismo, etc.
¿DÓNDE SE PUEDE ENCONTRAR EL MANGOSTAN?
Como fruta fresca es más complicado aunque la he encontrado en el mercado en Granada. Pero actualmente se encuentra en preparados en sobres de extracto en polvo liofilizado,  está muy rico,  fácil y cómodo de tomar.
¿Y QUÉ OTROS MEDIOS HAY PARA EVITAR EL AGOTAMIENTO?
2- Aparte de los medios físicos, son importantes los medios psicológicos y emocionales. No se nos educa para manejar las emociones de forma inteligente y lo habitual es que nos veamos empujados por ellas.
Creemos que las emociones son causadas por las situaciones, entonces, intentamos cambiar las situaciones. Esto no funciona.
Las emociones siempre las causa “nuestro pensamiento” en interacción con el medio. Ante una situación X, hay un pensamiento automático que no detectamos fácilmente pues se ha convertido en norma,  en muchas ocasiones disfuncional y genera estrés que se puede ir acumulando.
¿PODRIA PONER UN EJEMPLO?
Sí, claro, cuando nos enfrentamos a un reto, a la hora de hablar en público por ejemplo. Solo pensarlo ya nos pone un poco tensos, si me digo a mi mismo “yo no puedo”, “haré el ridículo”, etc. al pensar esto se pone en marcha la reacción de alarma que nos tensa antes de que haya ocurrido nada. Sin embargo si pensamos “lo voy a hacer lo mejor que sé”, “cada vez me sale mejor”, etc.
En estos últimos pensamientos no hay nada amenazante y no se produce la reacción de alarma desproporcionada, sí cierta inquietud, y esto es bueno, necesario y normal.
¿Qué ocurre?...
Prueben la diferencia, hagan el ejercicio con otra situación.
¿ENTONCES NUESTROS PENSAMIENTOS PUEDEN INFLUIR EN NUESTRA CONDUCTA?
3- Claro, este es el tercer punto y más práctico, cambiar las conductas que nos generan estrés. Dependiendo del tipo de pensamientos que tengamos sentiremos determinadas emociones y actuaremos de diferente forma.
Volviendo al ejemplo, si yo me digo convencido a mí mismo “no puedo” mi cerebro entiende que no puedo y entonces se quedara bloqueado, ¿para qué va a hacer nada si no puede?, no podre hacer ninguna conducta en esa dirección, yo mismo me estoy programando para el fracaso, no merecerá la pena hacer nada si parto de que “no puedo”, es un pensamiento absoluto que no deja lugar a dudas.
Sin embargo un pensamiento relativo como, “lo voy a hacer lo mejor que pueda”, estimula nuestro potencial y nos prepara para hacer cosas, superarnos y mejorar.
¿ENTONCES ESTO PODRIA CAMBIAR NUESTRA FORMA DE VIDA?
Muy probablemente se generarían cambios considerables, no nos educan en esto y habría que empezar por ahí, con la psicoeducación, en la escuela, con los niños, con los padres, con los profesores, etc. El sistema educativo actual está enfocado en la adquisición de muchos conocimientos intelectuales y mucho menos en la adquisición de habilidades.
La evidencia apunta que las personas que son más felices,  y viven una vida plena, no necesariamente tienen más conocimientos intelectuales, pero sí que manejan más acertadamente la inteligencia emocional.

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