domingo, 30 de octubre de 2011

¿QUÉ ES LA SALUD?

El concepto de salud no es hoy el mismo de antaño; ni si quiera del de hace sólo unas décadas. De hecho ha ido variando a lo largo del tiempo adaptándose a los nuevos conocimientos a los que el ser humano ha ido accediendo en su devenir evolutivo y que, inevitablemente, suponía romper con los límites del marco social de referencias que se sustentaba en cada momento histórico. Basta mirar a nuestro alrededor para darnos cuenta de que la Vida es cambio constante, transformación…  y que lo es, merced al impulso evolutivo que se manifiesta en todo el universo. Impulso de cambio a consecuencia del cual el ser humano se ha enfrentado a una revisión constante de las ideas fundamentales sobre las que se asienta su visión del mundo, de la realidad, de si mismo y en este caso de la salud. Es así como han surgido siempre los nuevos patrones o paradigmas que en cada momento han conformado las convicciones de las sociedades. (Thomas S. Khun, “La estructura de las revoluciones científicas” 1975).
            Actualmente estamos inmersos en el umbral de un gran cambio de paradigmas, hemos pasado desde la concepción mitológica, al oscurantismo de la Edad Media y a la mecanicista que empezó a plantear Descartes, con la dualidad del mundo material y el espiritual, estando este ultimo constituido por todo aquello que no tiene entidad física. Desde entonces se ha percibido al ser humano como una “maquina” que, en el mejor de los casos, alberga en su interior una parte inmaterial: alma o espíritu. Y así, basándose en estas ideas, la salud se resumía en el perfecto funcionamiento del cuerpo, que no vendría a ser más que algo similar a un complejo mecanismo de relojería cuyas piezas pueden estropearse o desordenarse provocando entonces la “enfermedad”. Pues bien, tal concepción sigue vigente hasta hoy en la mayor parte del mundo occidental, donde la “lucha contra la enfermedad” se plantea como una batalla para intentar que la maquina vuelva a funcionar correctamente, y donde las averías son clasificadas, diagnosticadas y tratadas con sustancias químicas que suplen las deficiencias o alteraciones del órgano enfermo. Luego, si esto no es suficiente, se recurre a la cirugía para reparar o sustituir las “piezas dañadas”.
La definición de Salud de la OMS de 1940 fue un paso importante en esa ampliación de la concepción únicamente mecanicista, incorporando el aspecto mental y social, aunque actualmente es insuficiente, es necesario dar otro paso e incorporar, los efectos de interacción e interrelación entre las distintas partes o componentes del ser humano.

PARADIGMA IMPERANTE - OMS:
“El estado de perfecto bienestar físico, mental y social”
NUEVO PARADIGMA:
“La correcta o armónica interrelación entre los procesos mentales, energéticos y físicos”.
Así, el cuerpo humano deja de ser un mero instrumento orgánico de entidad material para ser considerado como holistico, la expresión más densa de una serie de energías sutiles, que se van concretando en orden descendente hasta llegar al plano físico. Esta formulación asume además el hecho de que cuando se actúa sobre  cualquier nivel vibratorio se influye sobre los otros.
Afortunadamente, el nuevo paradigma científico, iniciado con la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein y posteriormente con los descubrimientos de la Física Quántica, está forzando a los expertos en cada disciplina a revisar y replantear sus fundamentos. En el caso de la Medicina se empieza a ver que “La salud es algo mucho más complejo de lo que puede explicar el comportamiento de las moléculas”, y se recurre a la aportación de otras disciplinas como la Psicología, la Psiquiatría o la Antropología así como a otras concepciones ancestrales de las culturas Orientales, la Filosofía, el Chamanismo  o la Ética.
Desde la perspectiva milenaria Oriental se ha estudiado más la disfunción que la clasificación de signos y síntomas, se ha estudiado aquello que lleva a que algo no vaya bien en los sistemas del ser humano y que finalmente, provoca la aparición de signos, síntomas y la enfermedad.
La enfermedad seria una manifestación de la ruptura del equilibrio que debería gobernar nuestras vidas. Entender los caminos que tiene la enfermedad nos da la libertad de elegir entre el que lleva a la salud o el que lleva hacia la enfermedad. Nosotros decidimos.
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